7 PASOS PARA CREAR UN NUEVO HÁBITO SEGÚN TONY ROBBINS
¿Qué son los hábitos?
En términos simples, son aquellas acciones que hacemos continuamente, en automático y, por ende, es un acto que tomamos como costumbre. Antes de crear un hábito, tú decides hacerlo y tomar acción a base de voluntad para conseguirlo hasta que ya no exista un aprendizaje de por medio.
1. Descifra tus hábitos, anótalos y sustitúyelos
¿Cómo cambiar un hábito si no tengo conocimiento de que hábitos tengo en estos momentos? Lo primero es tomar consciencia de tu situación actual y en una hoja hacer una lista de todos los hábitos que posees (positivos y negativos). ¿Listo? ¡Excelente! Estamos avanzando. Ahora escribe por qué lo haces y qué sientes al hacerlo. ¿cuál tienes que cambiar? ¿por qué tienes que hacerlo? ¿qué habito te gustaría agregar? ¿cómo contribuiría esto a tu futuro?
De esta manera voy viendo qué necesidad satisface en mí el mal hábito y que otras opciones positivas me producen la misma satisfacción para poder cambiar dicho hábito.
2. Darles un valor positivo o negativo
¿Sabías que cada una de nuestras acciones está dirigida a buscar placer o evitar el dolor? Un ejemplo claro es que vas a tu trabajo todos los días para evitar el dolor de no poder pagar el alquiler o quizá escuches alguna canción para sentirte más tranquil@. Tony Robbins nos habla acerca de esto en su libro “Despertando al gigante interior”.
3. Toma acción
Un paso importante es llevar las cosas a la acción. Recuerda, una decisión es cuando decides hacer algo y lo haces, caso contrario solo es una declaración. Está bien visualizar, verse a futuro; sin embargo, accionar marca la diferencia. “No tengo los recursos, ni las herramientas, ni estoy listo …”. Los recursos están dentro de ti, a ver ¿Cuántas toneladas de felicidad, perseverancia, paciencia tienes al nacer? Y es que normalmente decimos “Se me acabó la paciencia”. Las herramientas las encontrarás en el camino y si no está list@, entonces empieza. Si tienes miedo, empieza con miedo.
4. Organízalos y agrégalos a tu rutina diaria
Me gustó mucho esta frase: “Un hábito se debe adaptar a ti, no tú a él”. En otras palabras, debes brindarle una parte de tu tiempo cada día a ejecutarlo y no ir posponiendo las cosas (cuando solo dispongas de tiempo).
Un punto recomendable es que puedas organizar tu día, que definas cuales son las tareas que vas a cumplir en el día e incluyas este nuevo hábito.
5. Visualízate para los próximos 10 años
Como es de conocimiento los hábitos son para cambios a largo plazo y no de un día para otro. Quizá el hecho de buscar resultados rápidos y gratificantes puedan sabotear tu proceso. Por ello, siempre hay que tener en mente que lo que estoy haciendo hoy afectará positivamente mi vida en los próximos meses o años.
Por ejemplo, cuando hagas ejercicio, ten en mente tu “yo” del mañana y no el de “hoy” que probablemente quiera posponer las cosas, seguir durmiendo, le da pereza, no quiere alimentarse bien, etc.
6. No pienses tanto
“Mucho análisis genera parálisis”
Aquí entra a tallar las creencias limitantes que tienes. Cuando piensas mucho una acción que vas a emprender llega el punto donde te preguntas: ¿Por qué debo hacerlo?, ¿y si fracaso?, ¿Qué pasa si me critican?, etc. Con esto vas a encontrar el lado negativo de todo y lo más probable es que termines desechando el nuevo hábito.
7. Ten fe y cree que lo puede lograr
“Si crees que lo vas a lograr, lo vas a lograr”
Para este apartado compartiré un capítulo sobre las creencias que Tony Robbins menciona en su libro: “Despertando al gigante interior”.
¿Cómo puedo convertir una idea en creencia y luego en convicción?
Imaginemos por un instante que tenemos la idea de “bajar cierta cantidad de kilos” y que esta idea tiene la forma de la parte superior de una mesa. ¿lis@? Veamos que sucede si voy poniendo referencias (patitas) negativas, las cuales pueden ser a base de experiencias, comentarios de otras personas, cosas que yo imagino, etc. Digamos que, en un pasado quisiste hacer ejercicio, pero al final lo dejaste y sentiste mucho dolor al no comer lo que querías. Esto es una referencia negativa. Luego, tus seres cercanos empezaron a decirte que no eras capaz, que no lograrías tener el cuerpo que quieres porque abandonas las cosas y tu imaginaste varias situaciones en la que corroborabas eso. Aquí has empezado a poner más patas a la mesa y, por ende, está más estable. Estas referencias acaban de crear en ti una creencia de: “no bajaré de peso porque no me gusta hacer ejercicio, etc.” y si sigues añadiendo más referencias se transformará en una convicción, donde tienes la certeza de que nunca tendrás el cuerpo que deseas.
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